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Archive for enero 19, 2011

Un bit de consciencia. Parte I.

La otra noche tuve un sueño en el que empezaba a encogerme a una gran velocidad, veía como las cosas empezaban a perder sentido a medida que desde mi perspectiva se veían cada vez más grandes, demasiado grandes.

En un momento pude ver un flujo constante de un líquido semitransparente, como si estuviera metido en el cause de un río observando desde dentro pasar el agua, pasaban ante mí una especie de esferas aplastadas y flexibles que viajaban en grupos, eran de un color rojo pálido, pensé entonces que se trataba de glóbulos rojos y que probablemente me encontraba, de alguna forma, dentro de un vaso sanguíneo de alguna persona observando como pasaban todo tipo de células de colores, todo a través del líquido que no dejaba de correr;  como cuando se mira por una de esas viejas ventanas con los vidrios sucios que distorsionan las imágenes.

Seguía encogiéndome hasta niveles que rebasaban la escala de las células y de pronto todo lo que me rodeaba era de texturas extrañas e irreconocibles, había cuerdas entrelazadas de color blanco como las líneas de una telaraña pero más gruesas y con patrones que parecían tejidos nerviosos.

Me interesé entonces por mi constitución, dado que era infinitamente más pequeño que una célula me intrigaba de que estaba hecho o cuál podría ser mi apariencia.

Como pasa en los sueños hubo un cambio de perspectiva y pude verme desde fuera, como un espectador ve una película y lo que vi fue una especie de muñeco con formas simples, parecido a las íconos que se usan en los señalamientos para representar personas, de esos que dibujan a hombres y mujeres con las características más básicas, un círculo para la cabeza un rectángulo  para el cuerpo, si es un hombre, o un triángulo si es una mujer. Las facciones eran apenas trazos igualmente simples: un punto para cada ojo, otro para la nariz y un semicírculo para la boca.

De pronto surgió, no sé de donde, un ser, parecido a una persona, con un casco de vikingo, no sobre la cabeza, sino en lugar de ella, que aseguraba ser el maestro de ese lugar al que llamó “dimensión”, “yo soy el maestro de dimensión” repetía a medida que caminaba hacia mí.

Categorías: Sueños