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Archive for noviembre 2009

The Muppets: Bohemian Rhapsody

noviembre 25, 2009 1 comentario
Categorías: Chistes

LA TRASHUMANCIA DE MI SOLEDAD

noviembre 19, 2009 Deja un comentario

Esto lo escribí en el bloc de notas de Yahoo! el 3-8-04 a las 12:58 AM, ¿por qué en el bloc de notas? ¿Ya existían los blogs? no me acuerdo pero seguro no los conocía 🙂

Lo iba a corregir pero ¡¡¡ñeee»!!! Así era y así se quedará.

¿Será esa maldita yerba?

LA TRASHUMANCIA DE MI SOLEDAD

I. Exhumación de los motivos

Heme aquí lector extraño, mente quizás solitaria y angustiada o mente curiosa que escudriña hoy esta lectura, confesión no de mi sino de aquel que nadie conoció antes, ni yo mismo, pues oculto en las mil necesidades de la mente para protegerse del medio y del tiempo no se atrevió a emerger sino hasta ahora. Ahora que postrado en esta cama espero la muerte, aquel que soy yo mismo y qué, sin embargo, afirmo sin temor a que nadie lo entienda y en consecuencia lo reclame, no sé quien es. Aquí postrado ahora en el lecho de la incesante espera, decide él, al que he tratado de describir; hablar, confesarse, como ya dije para dejar constancia de sus opiniones nunca solicitadas. La historia-confesión debería tener como todas un principio, un clímax… un final, pero dado que viene de él que no sé bien quien, como, cuando, donde y para que es, entonces, supongo, su historia será en buena parte una serie de hechos e incoherencias inconexos. Discúlpeme el lector por esto, pero ya no puedo controlar las trashumancias de su tristeza que se comió a poco pero con un sistema certero mis pensamientos y mi razón.

Atendamos pues su necia necesidad de hablar aunque con esto tal vez sólo logre lo qué pienso que quiere: vomitar o bien escupir lo que siente, que si bien cual una filtración de humedad sin origen aparente se cuela e invade, sin método y sin freno lo que puede o lo que se deja, como el caso es de mi voluntad y mi consciencia bien infiltrada por lo que de él emana.

Hasta hace un tiempo mientras la fuerza era mucha y la mente no flaqueaba él permanecía oculto pero cierto. Mas, bien sabido es que la naturaleza humana depende en gran medida del estado de ánimo o bien podría decirse del grado de depresión al cual estemos sometidos. Es por eso que no me sorprende que de pronto se cuente la historia del señor íntegro en apariencia que harto de si mismo toma la pistola y va sin causa a matar a quien desafortunadamente encuentra, o de la santa señora que pasa la mitad de la vida en la iglesia y que sin el menor recato viola y fornica al hijo o hija de la mejor amiga.

¿Exagerado? quien piense así que se someta a la cuenta de los años y a la búsqueda de la naturaleza humana que siempre entiende mejor de lo que es para consuelo de si mismo.

Mucho se ha hablado de la conducta humana. Desde el punto de vista biológico dependemos de las tres partes en que la anatomía a dividido el cerebro.

El cerebro más primitivo que se ha llamado reptiliano controla según esta clasificación las funciones primordiales que nos mantienen vivos, entiéndase la respiración lo mismo que el deseo sexual y la necesidad de defender de forma violenta la pertenencia de las cosas, así pues diremos: «lo mato a sangre fría» cuando no podamos entender el comportamiento del asesino que no mata por pasión más que por supervivencia.

El segundo componente fruto de la evolución del mamífero principalmente se conoce como cerebro límbico pero no es un nombre poético este como yo pensé en un principio sino por el contrario se refiere a la geografía del mismo dado que se encuentra en el limbo formado por el reptiliano y el tercero conocido como neocortex, pues bien éste límbico entiende principalmente de emociones intensas, imaginemos por ejemplo el perfume del objeto amado, tan arraigado este aroma que no sólo nos hace pensar el nombre del objeto sino en el momento, forma, textura y sabor del mismo.

El tercero qué envuelve, como los años a la vida de cualquier cosa, a los otros dos es el ya mencionado neocortex, sorprendente, claro, como todo lo más nuevo, pues en el residen prácticamente todos las expresiones que nos mantienen como la especie predominante, el habla, la escritura, etc. además claro de la contención y administración de los otros dos, no puedo evitar la comparación aunque sin vanidad y tal vez de forma equivocada de estos «tres cerebros» con el Ello, el Yo y el súper Yo que rigen según el psicoanálisis nuestro comportamiento, sin embargo, prefiero no ahondar en el tema por respeto a los entendidos de esto y que no podrían más que señalar un «qué Dios lo perdone» por las tonterías que pudiera expresar.

Pues bien, ahora me pregunto: ¿dónde se escondió este qué ahora me hace hablar? ¿en el primero, segundo o tercer nivel de mi anotomía cerebral o de mi psique, según sea el método analítico que se aplique? no lo sé y no caigo en el pensamiento mágico de que no sea yo mismo escudándome de reconocer que no hay un él a quien culpar más qué a mi mismo. Pero me refiero en esta persona a los motivos que me hacen hablar más como una síntesis qué como una simbología o una representación. Pues bien éste tiene sus motivos y es mi deber expresarlos incluso sobre el deber de entenderlos. Así que le cedo la palabra.

Me pregunta el otro sobre los motivos que me hacen hacerlo escribir, bien esta es la respuesta: «Tu miedo que ya no quiero soportar».

Tu miedo que me escondió mientras la fuerza era mucha y pudo usarse para que fuéramos uno sólo para enfrentar a los demonios y hacer de la vida que hoy se te escapa algo más que el compromiso cumplido y la satisfacción de la rutina bien seguida, me preguntas porque hablo, cuando es lo que siempre quisiste que hiciera, cuando es lo que debió superponerse a tus deseos más oscuros y a tus contradicciones, ahora yo pregunto, ¿por qué esperaste tanto?

Categorías: Reflexiones