Alberto Jiménez

Siempre me ha parecido que es muy difícil mantener por mucho tiempo un sentimiento pasional o muy intenso, pero sin embargo, son esos los sentimientos que más parece anhelar el ego, el enamoramiento (no confundir con el amor), el deseo (sexual y los que se acumulen), el odio, el rencor, etc. Debe ser que son las emociones fuertes las que nos recuerdan que estar vivo es para experimentar no para esperar. Estoy de acuerdo, para el ego estos sentimientos tan apasionados son interesantes, son necesarios y hasta son buenos, con la condición de que seamos capaces de manejarlos y no de que sean ellos los que nos manejen.

Pero ¿qué hay de la amistad?

amistad.

(Del lat. *amicĭtas, -ātis, por amicitĭa, amistad).

1. f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
2. f. amancebamiento.
3. f. Merced, favor.
4. f. Afinidad, conexión entre cosas.
5. f. ant. Pacto amistoso entre dos o más personas.
6. f. ant. Deseo o gana de algo.
7. f. pl. Personas con las que se tiene amistad.

Afecto personal, puro y desinteresado. ¡Por mi madre! ¿Puede haber algo en este mundo que sea desinteresado? Siempre que me acerco a una persona es porque hay algo que me interesa. Por lo menos me interesa conocerla. No estoy de acuerdo con esa parte de la definición pero creo saber a que se refiere, seguramente se refiere a que en ese afecto personal no debe dictar las reglas lo que quiero de alguien sino lo que quiero para alguien, también por eso dice que es puro porque no debe estar manchado o contaminado con otros sentimientos o por lo menos debe sobreponerse a ellos.

El hecho de que tenga que ser compartido con otra persona me habla de que debe ser un sentimiento de entrega, que pretenda dar mas que recibir, en este sentido siempre he creído que la mayoría de las personas confunde la amistad con el «sentido de pertenencia» algo así cómo:»Eres MI amigo» entonces te puedo incluir en mis planes o puedo compartir contigo mis cosas. Muy pocas veces he oído a alguien decir «Soy TU amigo» entonces te puedo abrir mi corazón, sin esperar a cambio la confirmación de la amistad. ¿Qué se puede compartir con los demás que realmente valga la pena? conforme pasa el tiempo creo que solamente los sentimientos (y los fluidos corporales, claro). Y realmente que tenemos cada uno de nosotros que sea entera y originalmente nuestro sino nuestros sentimientos, más aún incluso que los pensamientos el ADN o las huellas digitales estoy convencido de que los sentimientos nos hacen únicos. O ¿alguien podría decirme que el amor que siente una madre por su hijo es igual al que siente por su hija o el que siente el padre por cualquiera de ellos es igual al de la madre? O ¿qué siento yo por ti, que lees esto?, ¿es amor o es amistad? o ¿es un sentimiento sin nombre, único e irrepetible?, que a la vez me vuelve a mi único e irrepetible y qué tal vez sólo entienda aquella persona con quien es compartido.

Dice la última parte de la primera definición que nace y se fortalece con el trato. Alguna vez le dije a una amiga que estaba por alejarse que tal vez la distancia nos haría bien, que fortalecería nuestra amistad… ¡pura madre, qué! tenía miedo y quería hacerme el fuerte, miedo a perder algo que siempre me he negado a tener un afecto puro y desinteresado definitivamente nuestra amistad nació con el trato y se va fortalecer no sólo de esa forma sino sobre la base de la sinceridad y el amor.

Me siento cursi hablando de afectos desinteresados y compartidos, pero ¿cuál es el engaño? ¿sentirme cursi o negarme constantemente a la amistad? A lo largo de mi vida mi «amistad» con la gente siempre ha escondido intereses ocultos, al menos creo que han sido ocultos, principalmente con las mujeres, «amistad» con una mujer siempre había significado «vamos a empezar el juego» y la apuesta era la seducción. Con lo hombres «amistad» significaba necesito algo y tú puedes dármelo o puedes ayudarme a conseguirlo.

Pero ya estoy cansado, cansado de jugar y fastidiado de sentirme tan vacío. Quiero darme la oportunidad de compartir un afecto puro y desinteresado y de fortalecerlo con el trato, sin tener una mano abierta al frente y otra cerrada detrás de la espalda con una nota en la que escribí mis verdaderas intenciones.