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Obtener el rol de un usuario de CRM 3.0 desde el cliente
function getUserId() { try { var command = new RemoteCommand("SystemUser", "WhoAmI", "/MSCRMServices/"); var oResult = command.Execute(); if (oResult.Success){ return oResult.ReturnValue.UserId; } } catch(e){ alert("Error al obtener el Id del usuario"); } return null; } function getUserRoles(userId) { try { var command = new RemoteCommand("UserManager", "GetUserRoles"); command.SetParameter("userIds", "<guid>" + userId + "</guid>"); var oResult = command.Execute(); if (oResult.Success){ return oResult.ReturnValue; } } catch(e){ alert("Erorr al obtener los roles del usuario" + userId.toString()); } return null; } function userHasRole(userId, roleName){ result = getUserRoles(userId); if (result != null){ var oXml = new ActiveXObject("Microsoft.XMLDOM"); oXml.resolveExternals = false; oXml.async = false; oXml.loadXML(result); roleNode = oXml.selectSingleNode("/roles/role[name='" + roleName + "']"); if (roleNode != null){ if (roleNode.selectSingleNode("roleid[@checked='true']") != null) return true; } } return false; } function currentUserHasRole(roleName){ userId = getUserId(); return userHasRole(userId, roleName); } if(currentUserHasRole('Administración de ventas')){ crmForm.all.ks_prorroga.Disabled=false; } else{ crmForm.all.ks_prorroga.Disabled=true; }
La noche oscura del alma
Después de que murió mi hijo estuve en terapia con Pedro, mi psicólogo por llamarle de alguna forma, la principal enseñanza que él me dejó es la idea de que el sufrimiento lejos de ser una castigo es una enseñanza, siempre que en ese sufrimiento que nos toca vivir encontremos sentido.
Sería muy difícil para mí explicar el sentido del sufrimiento pero a un nivel que no puedo expresar con palabras siento que lo entiendo.
En alguna sesión Pedro mencionó algo “… eso que vivieron es la noche oscura del alma…” he estado recordando estas palabras y me encontré algunas cosas que llamaron mi atención al respecto.
San Juan de la Cruz desarrolló su doctrina en base al término noche oscura y hay un poema suyo al respecto.
Las cosas que leí están plagadas de los conceptos católicos de las pruebas que Dios nos pone para purificarnos y cosas por el estilo obviamente por provenir de un santo católico.
Al margen de mis ideas en contra de los conceptos del Dios bueno y el Diablo malo, de las pruebas y las tentaciones, me parece un tema de lo más interesante porque explica de alguna forma mi sentimiento de que el sufrimiento tiene sentido y que en efecto viví mi noche oscura del alma con mi hijo y tal vez aún no he salido de ella y más aún tal vez nunca lo haré, pero ya no tengo tanto enojo porque sé que todo lo que pasa tiene que pasar, para un bien mayor que tampoco entiendo pero que puedo sentir que existe.
El uso del símbolo de la noche consiste en la idea de continuidad, de la terminación de los límites, del vacío y de la soledad, yo mismo viví todo esto en el hospital mientras mi hijo moría lentamente sin que nada ni nadie pudiera hacer algo para evitarlo, fue en esas noches cuando sentí que Dios estaba contra mí que me estaba castigando, que me estaba poniendo a prueba o que me había puesto a prueba y había fracasado y el dolor que sentía era la consecuencia. Pero Juan sostiene que nada en el amor es oscuro o destructivo, pero por quienes somos y por la purificación que necesitamos se experimenta el amor como oscuro.
Después me di cuenta de mi vanidad idiota, creer que Dios sería capaz de torturar a un niño inocente para castigarme era nada más que mi narcisismo llevado a niveles tan absurdos como ese.
Juan de la Cruz asegura que el amor de Dios está en algún lugar, presente en medio de los desechos de la vida pero que inicialmente no será experimentado como amor, yo entiendo esto como lo que mencionaba al principio, de alguna forma hay sentido en el sufrimiento pero estamos tan escondidos en el ego que apreciamos todo como castigo y como dolor y no somos capaces de ver el amor y el sentido que nos dan estas experiencias.
Obviamente no hablo del amor como lo entiende la mujer golpeada por un marido imbécil que después de humillarla, de alguna manera estúpida la convence de perdonarlo con argumentos en los que el amor no es más que una palabra de la que se abusa y que funciona como arma para someter a una persona frágil que no quiere mas que ser amada.
Me daría tristeza pensar que alguien leyera esto y la única conclusión que tuviera fuera algo así como “entonces, me pega porque me quiere”.
Pero, sin embargo y de una manera que no se puede entender hasta que se siente, el motor del sufrimiento es el amor y cada quien juega el papel que le toca para experimentarlo, tomemos como ejemplo el caso de Judas, ¿no sería cierto que sin él, el amor de Jesús se experimentaría de una forma completamente diferente?
No se trata creo, de quién durante este sufrimiento nos ama y quién nos hace sufrir, al final cada cual si tiene paciencia, confianza y perseverancia, como aconseja Juan, entenderá porqué vivió o está viviendo su noche oscura.
Lo más grave sería solucionar o sanar esta condición de forma artificial y es absurdamente lo que la mayoría de la gente que nos “quiere” intenta hacer con nosotros, terapias ocupacionales para olvidar nuestros problemas, volverse a subir al caballo lo más pronto posible, enamorarnos otra vez aunque sea del primero que pasa, emborracharnos, drogarnos, dormir, endurecernos para no sentir, etc.
Juan aconseja enfrentar la condición, entrar en ella hasta el fondo, yo diría: vivirla, llorarla, morderla, patearla… con paciencia, con buen talante como dice Victor Frankl, y allí donde el corazón esté luchando con más fuerza estar atentos a la llegada del amor, qué se presenta a veces de las formas más extrañas.
No siempre lo más álgido de la lucha es evidente, no siempre es cuando el problema esta ahí de una forma cien por ciento comprobable, a veces la lucha más fuerte es cuando en apariencia el sufrimiento terminó y valientemente decidimos salir de nuestra depresión, a veces esa es la verdadera lucha y pareciera que los eventos anteriores tuvieron como único objetivo llevarnos a ese punto, para encontrarnos de pronto con el amor.
Insisto en mi idea de que el sufrimiento no es castigo y no trato con esto de minimizarlo ni de enaltecerlo, no creo que sea el único camino para que despierte en nosotros ese amor que no vamos a recibir de nadie si no viene antes de nuestro interior y que no vamos a poder dar a nadie si no es antes para nosotros mismos. No, no creo que sea el único camino ni que sea el mejor pero es el único que yo he experimentado.
Y ahora te despiertas en mi corazón, donde en secreto moras, escribió Juan de la Cruz. Pero rápidamente se corrige y dice que no fuiste "tú" quien se despertó, sino que fui yo quien despertó al amor siempre presente y siempre a mi alcance.